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Reportaje: Bitcoin usa mucho menos energía que el turismo, la minería de oro o la moda
La firma de auditoría KPMG recientemente publicó un reportaje elogiando los casos de uso de Bitcoin. Este subraya el éxito de Bitcoin como una clase de activo, así como los malentendidos que aún persisten a pesar de esto.
El reportaje demuestra cómo Bitcoin se encuentra al servicio de las áreas de impacto de ESG (medio ambiente, social, gobernabilidad), una creciente tendencia entre los círculos corporativos a medida que los inversores evalúan a las compañías según sus prácticas sostenibles.
La comunidad de Bitcoin ha celebrado la parte ambientalista del reportaje, alegando que una prestigiosa compañía como KPMG aclara las dudas sobre el impacto ambiental de Bitcoin.
Este desarrollo es una buena noticia para la criptomoneda original, la cual se encuentra en medio de una crisis de precios mientras toda la industria afronta incertidumbre.
Bitcoin vs otras industrias
Según KPMG, Bitcoin se encuentra junto a las secadoras de ropa en lo que se refiere al uso energético global, bastante lejos de la cantidad de energía que consumen otras industrias o servicios como el turismo, la moda, la minería de oro, la ganadería o los centros de datos.
La compañía también absuelve a Bitcoin de las emisiones directas, afirmando que «Bitcoin no emite emisiones directas al igual que los vehículos eléctricos (EV, en inglés) no emiten emisiones directas».
Aún más, disputa la idea de que si Bitcoin realmente consumiera la cantidad de energía de la que se le acusa, «uno esperaría un mayor uso de electricidad», y rebuta el exagerado titular de Newsweek del 2017 «La minería de Bitcoin consumirá toda la energía del mundo para el 2020».
El reportaje busca desmentir la imagen negativa que se tiene de Bitcoin con respecto al ambiente y la sociedad al subrayar, en cambio, sus contribuciones positivas.
Establece cuatro formas en que la minería de Bitcoin es buena para el ambiente: uso de energías renovables, respuesta a la demanda, reciclaje de calentamiento y reducción de metano. Veamos cada uno de estos a continuación.
1. Uso de energías renovables
Según el reportaje, la naturaleza súper competitiva de la minería de Bitcoin incentiva a los mineros a buscar fuentes baratas de energía, incluyendo hidroeléctrica, eólica o solar.
Los mineros de Bitcoin pueden ubicarse cerca de fuentes de energía renovable («coubicarse»), usando el excedente energético y guardándolo para los períodos de baja demanda. Esto alienta más minería basada en energía renovable, pues tiene más sentido económico que la minería no renovable.
El reportaje cita al Foro Económico Mundial, el cual ha afirmado que «la minería de criptomonedas podría ser un catalizador o impulsor para proyectos de energía renovable».
2. Respuesta a la demanda
La respuesta a la demanda es una estrategia que se usa para gestionar la energía como respuesta al bajo suministro. Según el Departamento de Energía, tiene que ver con ajustar el consumo energético de un usuario para que se adhiera mejor al suministro actual. Los programas de respuesta a la demanda ayudan a disminuir los costos energéticos, incrementar la fiabilidad en la red, y reducir la emisión de gases invernaderos.
KPMG señala que la «naturaleza interrumpible de las operaciones de minería» posibilitan que los mineros de Bitcoin «restrinjan su consumo energético en un instante para devolver esa energía a la red, en caso que la demanda exceda el suministro disponible».
La compañía menciona a Uri, la tormenta invernal de Texas en febrero del 2021, cuando las temperaturas cayeron a -25 grados y los mineros de BTC redujeron su consumo energético y devolvieron cerca de 1500 megawatts a la red.
3. Calor reciclado
Según el reportaje, la minería de Bitcoin reduce los gases invernaderos al reciclar el calor. Se afirma que algunos mineros de Bitcoin ya canalizan el exceso de calor para otros usos, como áreas residenciales, edificios comerciales y piscinas.
Esto se consigue al coubicar operaciones de minería cerca de edificios o invernaderos, y conectándolas a conductos preexistentes. De esta manera, el calor se redirige para respaldar dichas facilidades.
KPMG usa a la compañía MintGreen de Canadá como uno de los ejemplos. MintGreen se ha asociado con la compañía energética local Lonsdale Energy Corp para sus «calentadores digitales», los cuales convierten el calor que genera la minería en calor sostenible para calentar ciertas partes de Vancouver del norte.
4. Reducción de metano
El reportaje subraya el rol de Bitcoin a la hora de reducir el gas metano, el cual es 80 veces más potente como gas invernadero que el dióxido de carbono (CO2) en un período de 20 años.
Identifica compañías como Crusoe Energy, la cual colabora con la compañía petrolera Exxon para transformar el gas quemado en electricidad para la minería de Bitcoin, reduciendo así las emisiones. Quemar gas es la práctica de quemar metano en vez de soltarlo directamente en la atmósfera, reduciendo su impacto ambiental.
El reportaje también destaca a Vespene Energy, una compañía de mitigación de metano, la cual mina Bitcoin en vertederos municipales mediante metano ventilado, que de lo contrario sería liberado en el aire.
También indica que los vertederos causan el 14,3 % de las emisiones de metano en EE.UU. Las operaciones de minería de Bitcoin como Vespene Energy ayudan a capturar y convertir las emisiones fugitivas de metano en energía utilizable, lo cual reduce su impacto ambiental.
Bitcoin impulsa ESG
KPMG subraya el impacto social positivo de Bitcoin. Subraya cómo Ucrania movió los fondos rápidamente después de la invasión de Rusia, lo cual hubiera sido más difícil con métodos de transferencia tradicionales.
Aún más, la minería de Bitcoin, si se coubica con microrredes, aprovecha energía gastada, lo cual beneficia a comunidades locales.
La compañía alaba la forma en que Bitcoin promueve la inclusión financiera y cómo ha revolucionado los pagos y las transferencias. También subraya la naturaleza descentralizada de Bitcoin, la cual la convierte a prueba de manipulaciones, con miles de usuarios con su propia copia local del registro, asegurando así la transparencia.
Debate ambientalista de Bitcoin
El debate ambientalista de Bitcoin ha existido desde el nacimiento de la criptomoneda. Quizá debido a la idea de que Bitcoin representa una demanda superflua a la red energética, no parece importar si la criptomoneda usa apenas una fracción del suministro global energético o no.
Sin embargo, este ha sido el grito de guerra de los ambientalistas y algunos reguladores a la hora de exigir su prohibición. Tales voces no han sido desatendidas.
La compañía de autos eléctricos Tesla dejó de aceptar pagos con criptomonedas después de mucha presión, mientras que la región interna de la Mongolia China prohibió la minería debido a inquietudes ambientales.
Los Bitcoiners esperan que el reportaje de KPMG cambie la percepción sobre Bitcoin. El respaldo de una compañía con el prestigio de KPMG, la cual señala las contribuciones positivas de la criptomoneda a ESG, puede ser este punto de giro, aunque quizá no de inmediato.