La idea de las criptomonedas
Las criptomonedas comenzaron a gestarse a finales de los 80. La idea consistía en una moneda que pudiese ser enviada de forma no rastreable y sin necesidad de depender de ninguna entidad centralizada como los bancos. En 1995, el criptógrafo estadounidense David Chaum puso en marcha una moneda criptográfica electrónica y anónima llamada Digicash. Esta primigenia forma de pago electrónico criptográfico requería un software de usuario para retirar fondos de un banco y unas claves cifradas específicas para poder enviarlos a su destinatario. En 1998, Nick Szabo diseñó el Bit Gold, considerado precursor directo del Bitcoin. Este requería que la persona interesada en obtenerlo como recompensa utilizase la potencia de su ordenador para resolver acertijos criptográficos. La fusión de los conceptos ideados por Chaum y Szabo daría como resultado algo parecido a lo que acabó siendo el Bitcoin.
Szabo fue incapaz de resolver el rompecabezas que planteaba el problema del doble gasto (los datos digitales se pueden copiar y pegar) sin recurrir a una autoridad central, por lo que no fue hasta una década más tarde cuando una misteriosa persona (o personas) publicó bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto el libro blanco titulado Bitcoin: un sistema de efectivo electrónico usuario-a-usuario, que marcó el comienzo de la historia del Bitcoin y de las criptomonedas posteriores.
Echemos un vistazo a su cronología.
Los inicios (2008-2010)
El 31 de octubre de 2008, Satoshi Nakamoto publicó el libro blanco titulado Bitcoin: un sistema de efectivo electrónico usuario-a-usuario, en el que se describían las características de la red blockchain de Bitcoin. Satoshi comenzó a trabajar formalmente en el proyecto del Bitcoin el 18 de agosto de 2008, cuando compró Bitcoin.org. Aunque no sea el tema de este artículo, merece la pena señalar que ni el Bitcoin ni el resto de criptomonedas serían posibles sin la tecnología de la cadena de bloques.
La historia del Bitcoin estaba en marcha. Satoshi Nakamoto minó el primer bloque de la red Bitcoin el 3 de enero de 2009. Satoshi insertó un titular del periódico The Times en ese primer bloque para dejar constancia de las condiciones económicas previas que llevaron al desarrollo de la tecnología del Bitcoin. Este primer bloque de 50 bitcoins se conoce actualmente como Bloque Génesis. Durante sus primeros meses de existencia, el Bitcoin apenas tuvo valor alguno. Seis meses después de empezar a operar en abril de 2010, el valor de un bitcoin era inferior a 14 centavos. Tras la compra de las dos pizzas en mayo, su precio ascendió a principios de noviembre hasta los 36 centavos para estabilizarse después en torno a los 29.
El mercado empieza a tomar forma (2010-2014)
Aunque todavía fuese escaso, el Bitcoin empezaba a mostrar su valor en el mundo real. En febrero de 2011 alcanzó los 1,06 dólares antes de volver a bajar en torno a los 87 centavos. En primavera el precio despegó, gracias en buena medida a un artículo de la revista Forbes sobre la nueva “criptomoneda”. Desde principios de abril hasta finales de mayo, el valor de un bitcoin pasó de 86 centavos a 8,89 dólares.
El 1 de junio, tras la publicación de un artículo en Gawker sobre el atractivo de esta moneda para los traficantes de drogas en Internet, el precio se triplicó en una semana hasta alcanzar los 27 dólares. El valor de mercado de los bitcoins en circulación ascendía a casi 130 millones de dólares. Sin embargo, en septiembre de 2011 el valor del Bitcoin volvió a bajar hasta 4,77 dólares. En octubre de 2011 aparece Litecoin, una de las primeras conceptualizaciones derivadas del Bitcoin a las que se suele denominar altcoins o monedas alternativas. Litecoin fue la segunda criptomoneda en capitalización de mercado, seguida por Namecoin y otras 7 altcoins.
En 2012 el precio del Bitcoin siguió creciendo ininterrumpidamente. En septiembre de ese mismo año se constituyó la Bitcoin Foundation para promover el desarrollo y la aceptación de esta criptodivisa. Ripple, otra nueva criptomoneda, aparece respaldada por inversores de capital riesgo.
En 2013 el precio del Bitcoin subió y cayó constantemente debido a diversos problemas federales, penales, regulatorios y relacionados con el software. El 19 de noviembre su precio alcanzó los 755 dólares, para caer ese mismo día hasta los 378. El 30 de noviembre volvió a subir hasta los 1163 dólares. Este fue el comienzo de otro largo colapso que terminó con el Bitcoin cayendo de nuevo hasta los 152 dólares en enero de 2015.
Las estafas copan los titulares (2014-2016)
Pese a tratarse de una característica intencionada, el anonimato y la falta de control centralizado convierten a la moneda digital en un lucrativo negocio y una oportunidad para los delincuentes. En enero de 2014, Mt.Gox, la mayor plataforma de cambio de bitcoins del mundo en ese momento, colapsó y se declaró en bancarrota con unas pérdidas de 850 000 bitcoins. Aunque no se sabe con exactitud lo que sucedió, es muy probable que los bitcoins fuesen robados lenta y continuamente desde 2011 y revendidos en diversas plataformas (incluida Mt.Gox) a cambio de dinero en efectivo. Cuando Mt.Gox revisó sus monederos, descubrió que estos estaban vacíos.
Este hackeo, que no fue un caso aislado, sirvió como advertencia e hizo que la seguridad de las plataformas de cambio mejorase mucho a partir de entonces. Pese a que 7 de las mayores plataformas de cambio de criptodivisas fueron hackeadas en 2019, estas ofrecen a día de hoy muchas más garantías sobre sus reservas en caso de ataque. Binance, por ejemplo, ha creado para sus usuarios Secure Asset Fund, un fondo de seguros de emergencia. Se aconseja a los operadores de criptomonedas que utilicen un monedero de hardware o software para guardar de forma segura sus criptomonedas en vez de almacenarlas en una plataforma de cambio. El acceso a este tipo de monederos no resultaba sencillo en ese periodo inicial de la historia de las criptodivisas.
El Bitcoin se convierte en un fenómeno mundial (2016-2018)
El precio del Bitcoin siguió creciendo de forma constante año tras año, desde los 434 dólares en enero de 2016 hasta los 998 doce meses después. En julio de 2017 se aprobó una actualización del software del Bitcoin para mejorar su escalabilidad y permitir la compatibilidad con la red Lightning.
Una semana después de que se activase esta actualización en agosto, el Bitcoin cotizaba en torno a los 2700 dólares. El 17 de diciembre de 2017 alcanzó un astronómico máximo histórico ligeramente inferior a los 20 000 dólares.
Durante esas mismas fechas, un nuevo proyecto de blockchain llamado Ethereum irrumpe en escena y se convierte en la segunda criptomoneda más importante del mercado. Ethereum introdujo los contratos inteligentes en el mundo de las criptomonedas. Esto sirvió para abrir un amplio abanico de posibles casos de uso y dio pie a más de 200 000 proyectos diferentes. Todos ellos utilizan la cadena de bloques de Ethereum. Cada proyecto tiene su propia criptomoneda con sus propios objetivos y propósitos, que a menudo son diferentes de los del Bitcoin. Actualmente existen otras cadenas de bloques que intentan competir con Ethereum, como Cardano o Tezos. El mundo de las criptodivisas continúa expandiéndose y aumentando su capitalización de mercado.
Quiebra y recuperación final (2018-actualidad)
El Bitcoin fue incapaz de mantener su máximo histórico. Ethereum, que alcanzó el suyo en torno a los 1400 dólares en enero de 2018, tampoco pudo hacerlo. La regulación financiera y la preocupación por la seguridad debido a los continuos hackeos de las plataformas de cambio contribuyeron a esta caída. A finales de 2018, el Bitcoin había bajado hasta situarse en torno a los 3700 dólares. Sin embargo, los precios no se mantuvieron a la baja. Desde finales de 2018, tanto el Bitcoin como Ethereum y la mayoría de las demás criptodivisas han repuntado hasta el día de hoy.
Si bien la volatilidad de las criptomonedas es tan atractiva como potencialmente devastadora, la tecnología subyacente a todas ellas (la cadena de bloques) tiene un enorme potencial para cambiar muchos sectores de nuestra sociedad. Ya sea proporcionando opciones de intercambio financiero accesibles y asequibles, protegiendo tus propios fondos para que nadie más que tú pueda acceder a ellos, u ofreciendo datos precisos para el cálculo de tu póliza de seguros, la tecnología de la cadena de bloques puede ser utilizada en casi cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana. A medida que el mercado se va estabilizando gracias a un mayor conocimiento y se van introduciendo nuevos conceptos como las stablecoins o las finanzas descentralizadas, crece el entusiasmo por las posibilidades de inversión y el potencial tecnológico que ofrecen tanto Bitcoin como muchos otros interesantes proyectos basados en la cadena de bloques.