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Cómo una artimaña mediática anti-Bitcoin resultó en una nueva mascota BTC
A finales de marzo, Greenpeace lanzó una campaña mediática para denunciar el negativo impacto ambiental del uso energético de Bitcoin. De más de una manera, la campaña fracasó.
La campaña tomó la forma de un vídeo, artículos de blog, y, por supuesto, una gigantesca calavera verde con chimeneas humeantes saliendo de su cráneo. La calavera se denominó «El cráneo de Satoshi», en honor al fundador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto.
Luego de la revelación de la calavera, los Bitcoiners en todo el mundo tomaron las redes sociales masivamente para educar a las personas expuestas al contenido que mostraba bitcoin de una forma negativa.
El resultado es que la calavera es ahora una especie de mascota para los bitcoiners, puesto que dice algo diferente de lo que el artista, Von Wong, fue originalmente pagado para dibujar. La historia de cómo pasó es una que vale la pena contar, hagámoslo.
El impacto ambiental de Bitcoin
Es fácil criticar a Bitcoin por su desorbitante consumo energético. Ha sido un tema fácil para los ambientalistas desde que Bitcoin comenzase a «consumir más energía que el país de Suiza». Lo que usualmente no se dice en esta conversación es qué tipo de energía usa la red de Bitcoin y cuáles tendencias se pueden observar con respecto a la trayectoria de Bitcoin.
Por ejemplo, un hecho que los ambientalistas desconocen mientras aseguran que el «Bitcoin hace hervir el océano» es que el 58 % de la red de Bitcoin funciona con energía renovable. Adicionalmente, como Bitcoin requiere energía para funcionar y asegurar, es capaz de monetizar fuentes de energía previamente sin utilizar o monetizar.
Un ejemplo de esto es el Parque Nacional Virunga, en Congo, el cual enfrentaba la bancarrota. Fueron capaces de monetizar energía hidroeléctrica sin explotar para cubrir los costes de mantener el parque. Esto, sin duda, es una victoria para los ambientalistas en todas partes.
La campaña de limpieza de código de Greenpeace
No hace falta decir que hay más hilo en la conversación energética de Bitcoin que solo afirmar que «usa más energía que X país». El objetivo de la campaña «anti-bitcoin» es hacer del Bitcoin algo «más limpio». En otras palabras, cambiar el código para que Bitcoin no consuma tanta energía.
La idea sería cambiar el código base de Bitcoin para que se convierta en una cadena de bloques de prueba de participación, en vez de una de prueba de trabajo. Esta idea suena bien superficialmente, pero los bitcoiners señalan varias cosas que cuestionan la idea de cambiar el mecanismo de consenso sumamente energético de Bitcoin.
#1. Cualquiera puede cambiar el código
Aunque es cierto que cualquiera puede cambiar el código de Bitcoin, ninguna entidad unilateralmente la potestad de exigir el cambio a todos los mineros.
Como ocurrió en las guerras de bloque del 2017, se hizo un cambio al código base de Bitcoin que la mayoría de la red no adoptó. Esto demuestra que incluso si alguien hiciese una versión PoS de Bitcoin, es poco probable que se acepte. Greenpeace omitió, o malentendió, este detalle sobre cómo funcionan los cambios en el código base dentro de Bitcoin al desarrollar la campaña.
#2. Cambiar a energía verde es rentable para la minería de Bitcoin
La prueba de trabajo tiene numerosos efectos de segundo o tercer orden que son realmente positivos para el medio ambiente. Como se mencionó anteriormente, Bitcoin puede monetizar energía no utilizada y brindar fuentes adicionales de ingreso a granjas solares, hidroeléctricas o de viento.
Esto le permite a esas operaciones mantenerse e incluso expandir el área de sus operaciones de energía verde, lo que daría surgimiento al efecto de descarbonización. En resumen, como Bitcoin usa energía, nos permite acelerar la expansión de la producción de energía verde.
#3 El sistema financiero existente requiere de más energía para operar
Por último, es útil comparar manzanas con manzanas para entender mejor el consumo energético de Bitcoin. El sistema financiero actual, edificado sobre ladrillo y cemento, impresoras y servidores, consume mucha más energía que Bitcoin (aproximadamente x5 a x20).
Uno esperaría ver una crítica similar contra el sistema financiero existente por su consumo energético, pero, hasta ahora, nadie ha levantado la voz. Esto subraya la idea de que esta campaña anti-bitcoin es el resultado de intereses personales, lo cual queda en evidencia si vemos que Chris Larson (director general de RippleLabs) financia la iniciativa de «Cambia el código» de GreenPeace.
La iniciativa huele más a una campaña de desinformación y propaganda que un esfuerzo honesto por educar al público sobre Bitcoin o su consumo energético. Sin duda, los administradores de la campaña, y definitivamente también Chris Larson, saben que cambiar/limpiar el código no cambia Bitcoin.
La jornada a través de Bitcoin de Von Wong
Anudada a esta campaña de «limpiar el código» tenemos la historia del artista que confeccionó el Cráneo de Satoshi, Von Wong. Luego de figurar en un vídeo explicando su arte y que su historia se viralizara en Twitter, Von fue abordado por muchos bitcoiners apasionados en línea.
Cuarenta y ocho horas después de publicarse el video, Von publicó un tuit en el cual anunciaba su descubrimiento sobre Bitcoin y su impacto ambiental. Él explica y señala más aspectos detallados de Bitcoin en su hilo de tuit y reconoce que no es tan blanco y negro como la campaña quiere hacer creer.
Fuente: Twitter
Reconoce abiertamente que Bitcoin podría ayudarnos a conseguir un futuro mucho más verde, y no lo contrario.
El Cráneo de Satoshi se convierte en mascota
Seamos honestos, el Cráneo de Satoshi es increíble. Es fantástico y obviamente es el resultado de mucho esfuerzo, trabajo y pasión. Es un enigma brillante, metálico, etéreo, con amenazantes ojos láser envuelto en una calavera verde resplandeciente.
Fuente: Twitter Ver también el sitio web personal de Von Wong.
Ahora, como también representa el descubrimiento personal de Von y su trayecto en Bitcoin, significa también mucho más para los bitcoiners.
De alguna manera, es una mascota que nos recuerda nuestro propio trayecto por Bitcoin. En la superficie, Bitcoin parece algo que ejemplifica y personifica los aspectos más irresponsables de nuestra sociedad.
Pero, en el fondo, es un enorme gigante ecológico.